Escritos

El arte de crear belleza

Hablando del rostro humano, el concepto de belleza y juventud va unido a texturas y volúmenes.

No obstante, la belleza de una cara no siempre depende de la edad que tenemos.

En general, la belleza o la elegancia es el resultado de la coincidencia de muchos factores que los especialistas podemos concretar y que en ciertas personas concurren llamativamente con un resultado espectacular y que todos podemos identificar.

De la misma forma que todos podemos identificar tristeza, alegría, pasión, rabia y otras emociones en un rostro, lo hacemos también con la belleza y la elegancia, lo que ha venido a llamarse “ glamour “.

Con la edad, una de las variables con mayor entidad en el envejecimiento cutáneo es la pérdida o modificación de los volúmenes faciales.

El proceso de reducción que ocurre con los años tanto en la trama fibrilar como en las proteínas de sostén de la dermis hacen que la piel se vuelva más arrugada, fina y deprimida, facilitando que la simple gravedad produzca una caída de tejidos que hasta hace pocos años estaban tersos y erguidos.

Cuando ocurre en la cara, tomamos el aspecto “envejecido”. Corregir esta pérdida de volumen significa reducir el envejecimiento.

El tratamiento más radical fue el lifting quirúrgico, pero los pacientes en general no quieren pasar por el quirófano si existe antes alguna otra alternativa.

Por este motivo, la población se ha decantado por métodos menos cruentos, no invasivos, y con menos efectos secundarios, como son los rellenos y la Bioplàstia.

El objetivo de los dos es el mismo, reponer volúmenes perdidos o crearlos si no existieran, con el único fin de crear belleza y juventud de una manera saludable y natural.

Y la diferencia entre los dos es la manera de aplicarlo.

El relleno se hace de manera superficial y en la Bioplàstia se realiza de manera profunda. Ninguno de los dos métodos es mejor que el otro “per se”, pero hay que dominar los dos, ya que hay pacientes que es más recomendable una técnica que otra.

En mi concepto profesional como especialista en tratar el rostro de miles de personas, el arte del retoque estético está en realizarlo con la sutileza suficiente para que no sea evidente ni se note, que sea capaz de imprimir belleza y juventud en un rostro, hombre o mujer, sin que nadie sepa identificar o localizar donde está el cambio sino que sea un todo en el que mejora el aspecto de una forma global.

Si podemos identificar unos labios que han sido rellenados, unos pómulos hechos o unos pechos artificiales, eso no es ni arte, ni estética, ni recomendable…

 

Dr. Rafael Gálvez Ruiz

  • Josep Puigmartí